enero | 2024 | Naroa Gutiérrez Gil

Vivimos en una sociedad plagada de reglas, prohibiciones, condiciones… cosas que debemos o no debemos hacer. Nuestra existencia transcurre en un contexto que nos asfixia desde fuera con sus mil exigencias, medidas, pruebas y requisitos. Todo esto nos aleja del exquisito viaje interno que supone conocernos y reconocernos en lo que hacemos, del bendito regalo de crearnos y recrearnos en dicho proceso.

La presión externa nos desconecta de nuestros más profundos deseos, anhelos e ilusiones; de nuestros perfectos y variables tiempos; de nuestro instinto y de esa curiosidad innata que nos impulsa a des-cubrirnos. Ya lo decía Javier Álvarez: “Nos van dictando, cómo nacer, cómo vivir. Nos dictan normas que sin querer hay que cumplir”. Y así, la gincana de nuestros días cada vez se parece más a un juego del escondite en el que casi nadie se encuentra bien.

La buena noticia es que, entre tanta asignatura impuesta y tanto arsenal laboral, se oye de fondo a una sirena cantar, anunciando que ¡por fin ha llegado la hora del ReCreo! Sumérgete en ti y sácate a flote en este islote: un espacio de creación para grandes y txikis, donde poder recreArte y abrazar tu verdadero ser, que no es otro que ese que sonríe ante la vida. La idea primordial es trazar tomas de conciencia que te conecten con esta esencia que en ti habita. Irte viendo, conociendo y reconociendo mediante el disfrute de la variable creativa que tú escojas y cómo tú decidas en cada momento.

Pintura, dibujo, técnicas mixtas, regalos personalizados, maquillaje artístico o cualquier otra disciplina que te aliente a experimentar es bienvenida: trae tus bártulos y a jugar. Tú eliges qué actividad quieres realizar, marcas tus ritmos, si deseas apoyo o prefieres no ser molestado, etc. Toda especificación que le proporcione paz a tu desarrollo creativo será tenida en cuenta, ya que solo tú diseñas el tipo de acompañamiento que quieres recibir en cada sesión. Yo cuido de que esto sea respetado y de que las condiciones sean las adecuadas para zambullirte en ti mismo.

En el ReCreo, en lugar de dictar directrices que obedecer sin rechistar, nos decantamos más bien por comentar posibilidades a quien solicite guía. Si estas no laten al compás de tu gusto, no pasa nada. Como comentó Groucho Marx acerca de sus principios, tengo otras ideas que te puedo comunicar, en caso de que desees escucharlas. Contrástalas con lo que sientes para ir averiguando qué te gratifica más. En el fondo, tú ya sabes todo, escarba en ti y encuentra tu tesoro.

Nacemos con una brújula integrada para irnos dando cuenta de quiénes somos: si te apetece, por ahí es. Si no te motiva, toma otro rumbo. Lo importante es que el trayecto sea de tu agrado. Y como lo único fijo de los seres humanos es que estamos continuamente cambiando, lo mejor es ir siguiendo las indicaciones que nos va susurrando nuestro interior. Si escuchas y atiendes tu propio pálpito, tu gozo no caerá en ningún pozo.

En este punto de encuentro apreciamos, tanto el juego artístico personal, como la consideración al otro. Asimismo, la diversidad colectiva es considerada una virtud. Desde una mirada horizontal a cualquier integrante, reconocemos el valor de cada individuo. Un grupo multigeneracional tiene la ventaja de que todos pueden aprender de todos: las personas con menos recorrido pueden adquirir habilidades o destrezas de aquellas que posean más bagaje, quienes a su vez podrían inspirarse con la frescura o el ingenio característicos de los más pequeños.

La vida a veces se nos hace cuesta arriba, sí. Pero también es verdad que es necesaria cierta abrupta escalada para poder transformar el problema en trampolín. Y es importante no olvidar que siempre podemos volver a elegir, volver a crear(nos) y volver a sonreír.

Y tú, ¿cómo vas a recreArte?